«Lo reconozco, ciertas palabras
me crean problemas.
Por ejemplo los estados llamados ‘sentimientos’
no consigo hasta ahora explicarlos de forma exacta
Lo mismo con ‘el alma’, palabra-acertijo.
De momento concluyo que es un tipo de niebla,
en teoría más duradera que los organismos mortales.
Sin embargo, mi mayor problema es la palabra ‘soy’.
Tiene la apariencia de una acción común,
realizada de forma general, pero no colectiva,
en un ante tiempo presente,
de aspecto imperfectivo,
si bien, como se sabe, ya hace mucho perfectivo”.Wisława Szymborska

Seré todo lo que querías
Podría brindarte un verdadero consuelo
Darle un descanso al amor
…No te preocupes por lo que vas a perder
En el calor del momento
Nos apresuramos hacia algo nuevo
Pero lo mantenemos enfocado
No me llames amor
Deja de pensar en eso, piensa en esto
Yo no soy los demás
Podríamos mantenerlo simple como
La di da di da
No me llames amor
sigues tarareando la melodía
Un sentimiento tan dulce y sutil
Una última pieza de tu rompecabezas
Sé que te sentirás con ganas de correr
No daría mi amor por nada
«El arte de perder se domina fácilmente; tantas cosas parecen decididas a extraviarse que su pérdida no es ningún desastre. Pierde algo cada día. Acepta la angustia de las llaves perdidas, de las horas derrochadas en vano.
El arte de perder se domina fácilmente. Después entrénate en perder más lejos, en perder más rápido: lugares y nombres, los sitios a los que pensabas viajar. Ninguna de esas pérdidas ocasionará el desastre. Perdí el reloj de mi madre. Y mira, se me fue la última o la penúltima de mis tres casas amadas.
El arte de perder se domina fácilmente. Perdí dos ciudades, dos hermosas ciudades. Y aun más: algunos reinos que tenía, dos ríos, un continente. Los extraño, pero no fue un desastre. Incluso al perderte (la voz bromista, el gesto que amo) no habré mentido.
Es indudable que el arte de perder se domina fácilmente, así parezca (¡escríbelo!) un desastre». «Un arte», Elizabeth Bishop