«Somos de ningún lado del todo y de todos lados un poco»

Marcos Severi

«Las décimas, la milonga, las canciones, las personas; cuanto más uno se acerca a ellas, más compleja es su identidad, más llena de matices, de detalle. Entendí que la identidad es infinitamente densa, como una serie infinita de números reales que, aunque uno se acerque mucho y los amplíe, No Se Acaba Nunca”.

“Las cosas solo son puras si uno las mira desde lejos. Es muy importante conocer nuestras raíces, saber de dónde venimos, conocer nuestra historia. Pero, al mismo tiempo, tan importante como saber de dónde somos es entender que todos, en el fondo, somos de ningún lado del todo y de todos lados un poco”. Jorge Drexler

Estoy hecho de madera de deriva
Voy a merced de la resaca del río
Vengo, voy y vengo
Soy todo aquello que no puedo llamar mío
Vengo, voy y vengo
Soy todo aquello que no puedo llamar mío Tengo las aristas tan pulidas
Me fui tatuando de agua y de tiempo
Vengo, voy y vengo
Soy mucho menos lo que sé que lo que siento
Vengo, voy y vengo
Soy mucho menos lo que sé que lo que siento Y un día derive hacia tu orilla
Quedé varado en un recodo de tu arena
Te hiciste con mis sueños y con mis pesadillas
Con mis luces malas y mis noches buenas
No sé qué es eso que llaman destino
Acaso apenas una veta en la madera Yo solo sé que hice un alto en el camino
Y que hoy me quedaría por siempre a tu vera
Yo solo sé que hice un alto en el camino
Y que hoy me quedaría por siempre a tu vera Estoy hecho de madera de deriva
Voy a merced de la resaca del río
Vengo, voy y vengo
Soy todo aquello que no puedo llamar mío
Vengo, voy y vengo
Soy todo aquello que no puedo llamar mío .Madera de Deriva letra de Jorge Drexler


A los 40 años Franz Kafka (1883-1924) que nunca se casó ni tenía hijos, paseaba por el parque Steglitz de Berlín cuando conoció a una niña que lloraba porque había perdido su muñeca favorita. Ella y Kafka buscan la muñeca sin éxito. Kafka le dijo que se reuniera con él al día siguiente y volverían a buscarla. Al día siguiente, cuando todavía no habían encontrado la muñeca, Kafka le dio a la niña una carta «escrita» por la muñeca que decía: «Por favor no llores. Tuve un viaje para ver el mundo, te escribiré sobre mis aventuras. «Así comenzó una historia que continúa hasta el final de la vida de Kafka. En sus encuentros, Kafka le leía las cartas de su muñeca cuidadosamente escritas con aventuras y conversaciones que la niña consideraba adorables. Finalmente, Kafka le trajo la muñeca (compró una) que había vuelto a Berlín. «No se parece en absoluto a mi muñeca», dijo la niña. Kafka le entregó otra carta en la que la muñeca escribía: «Mis viajes me cambiaron» La niña besó a la nueva muñeca y la trajo feliz a casa. Un año después, Kafka murió. Varios años después, la niña adulta encontró una carta en la muñeca. En la pequeña carta firmada por Kafka decía: «Todo lo que amas probablemente se perderá, pero al final el amor volverá de otra manera».

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