«A veces no necesitamos que alguien nos arregle, a veces, solo necesitamos que alguien nos quiera, mientras nos arreglamos nosotros mismos». — Julio Cortázar
«Hay que dejar ir lo que te duele aunque te duela dejarlo ir». Vivir de nostalgias puntuales enriquece e inspira, pero sobrevivir de forma perpetua del recuerdo y lo que dejaste ir, erosiona como esas rocas embestidas una y otra vez por el dolor del oleaje. Valeria Sabater
Tengo una soledad tan concurrida Tan llena de nostalgias y de rostros de vos De adioses hace tiempo y besos bienvenidos De primeras de cambio y de último vagón
Tengo una soledad tan concurrida Que puedo organizarla como una procesión
Por colores, tamaños y promesas Por época, por tacto y por sabor
Sin un temblor de más Me abrazo a tus ausencias Que asisten y me asisten Con mi rostro de vos
Estoy lleno de sombras De noches y deseos De risas y de alguna maldición
Mis huéspedes concurren Concurren como sueños Con sus rencores nuevos Su falta de candor Yo les pongo una escoba tras la puerta Porque quiero estar solo Con mi rostro de vos.
Pero el rostro de vos Mira a otra parte Con sus ojos de amor que ya no aman Como víveres que buscan su hambre Miran y miran y apagan mi jornada
Las paredes se van Queda la noche Las nostalgias se van No queda nada
Ya mi rostro de vos Cierra los ojos Y es una soledad Tan desolada