No temas dejarme sola, estoy acostumbrada a desprenderme de cosas que imagino haber amado». Emily Dickinson

Nos asomamos al mundo complejo y- minimalista a la vez- de Gonzalo (o Chalo), un ilustrador de Bilbao, quien es conocido como Inkoherente en su canal de Instagram, donde crea viñetas divertidas y sobre todo muy reflexivas.
Bajo el lema “No pidáis explicaciones, la inkoherencia es subjetiva”, este artista profundiza en cómo es que se puede llegar al éxito, cuáles son las barreras que uno debe superar para conseguir algo; o como sentirnos decepcionados o deprimidos tiene una razón y solución en nuestras manos.
Su estilo es bastante simple, pero no por ello no denota la creatividad y talento en sus ilustraciones. Muchas veces la mejor ilustración va más allá del color y los detalles, cobra fuerza cuando logra ejemplificar claramente lo que el autor quiere dar a conocer, y si en ese proceso nos sentimos identificados, mucho mejor.
Chalo es un artista muy joven y echando un vistazo a sus redes, podemos descubrir a golpe de vista, que en su interior habita una vida porfunda. Amor, dolor y creatividad forman en su mundo, una conjunción ideal para que nazcan las flores, las historias y los mensajes, tan sencillos que se cuelan por nuestros huesos para provocar escalofríos.
Inkoherente: Instagram
René Magritte

“No hay respuestas en mis pinturas. Sólo preguntas”.
René Magritte.
Magritte es el pintor que nos provoca que cambiemos nuestra rutinaria manera de ver las cosas y busquemos nuevas perspectivas.
Nos propone cambiar nuestros ojos por unos nuevos y disfrutar con una nueva sensibilidad un mundo tan distinto como maravilloso, mágico, lleno de milagros.
El pintor belga está más interesado en desafiar nuestro universo, nuestra cosmovisión, que en imponer la suya. Más que mostrarnos, nos quiere convencer de que hay otras maneras de ver.
Y nos dice que el primer paso para “redescubrir” la realidad es dudar de ella. Ése ha sido desde siempre el camino de la sabiduría tanto en Oriente como en Occidente (del Zen al “Sólo sé que no sé nada” de Sócrates): primero está el asombro, después el cuestionamiento, la pregunta, siempre con la mente del principiante, con humildad.
Porque quien cree saber todas las respuestas, ha asesinado su capacidad de asombro. Y sin capacidad de asombro la vida puede resultar insoportable.
El mísmísimo Magritte lo explica así: “Quiero infundir nueva vida en la manera en que miramos las cosas que nos rodean. ¿Pero como debemos mirar? Como un niño: la primera vez lo ve todo como una realidad fuera de sí. Yo vivo en el mismo estado de inocencia que un niño, que cree poder alcanzar con su mano un pájaro en pleno vuelo”.
Imagen: Los amantes (1928). René Magritte.