
Hay mujeres que llevan el mar en los ojos No por su color Sino por la vastedad de su alma Y llevan la poesía en los dedos y en las sonrisas Están más allá del tiempo Como si la marea nunca se las hubiera llevado de la playa donde fueron felices
Hay mujeres que llevan el mar en los ojos por la gran inmensidad de su alma por el modo infinito en que abarcan las cosas y los hombres Hay mujeres que son marea en noches de tarde y calma.
Poema de Adelina Barradas dedicado a Sophia de Mello
En la niebla
Resulta extraño caminar en la niebla…
Solo está cada arbusto, solitaria cada piedra,
no hay árbol que contemple a su semejante,
todos estamos solos.
Lleno de amigos estuvo otrora para mí el mundo,
cuando mi vida resultaba aún sencilla;
ahora que cae la niebla,
nada resulta claro.
En verdad, no hay sabio
que no conozca la oscuridad,
a quien, inevitable y silenciosamente,
lo separó de todo lo demás.
Resulta extraño caminar en la niebla…
Vivir es sentirse en soledad.
Ningún hombre conoce a los otros,
todos estamos solos.
Herma Hesse refleja mediante lo particular lo más universal: los dilemas, problemas y obstáculos más intensos e insondables del ser humano (la inconstancia del yo en su percepción del mundo, la naturaleza, el desamparo y la soledad, las artes, el conocimiento de uno mismo, etc.) De personalidad difícil y un tanto huraño, que publicó muchas obras bajo el seudónimo de Emil Sinclair, nos dejaría grandes títulos como “Demian” (1919), “Siddharta” (1922), “El lobo estepario” (1927) o “El juego de los abalorios” (1943). Sus libros, que han sido traducidos a más de 40 idiomas, se caracterizan por una gran profundidad psicológica. Se dedicó a difundir en muchos de sus escritos el amor que sentía por la mística oriental y su interés por lo espiritual. Su búsqueda de nuevos valores y puntos de referencia para reemplazar a los tradicionales se convertirían en una constante.