Mis recuerdos van conmigo
cuando quiero y sin querer;
que no piensen que me olvido
de mi tierra alguna vez. Y es el mar que llevo dentro,
aquel mar de mi niñez
que hoy aún me está doliendo
como duele lo que quieres
y no lo puedes tener.
Tal vez hayan pasado los años sin que te hayas dado cuenta. Las obligaciones laborales, la rutina diaria o un gran número de preocupaciones te han mantenido al margen de la reflexión sobre cómo estás. Pero, quizás, un día cualquiera, cansado de vivir en esa especie de automatismo, hayas comenzado a indagar en ti mismo y preguntas como “¿he conseguido lo que quería o he desperdiciado mi vida?”, “¿estoy en el lugar que deseo estar?” aparezcan en tu mente de manera constante.
¿He desperdiciado mi vida?
Hacerse esta pregunta tiene como consecuencia realizar un extenso recorrido mental y emocional por cada una de las áreas vitales a las que se le concede importancia, valorándolas una tras otra. Así, entre estas importantes áreas destacan:
El trabajo
Es importante tomar conciencia de que no se tiene que obligar a nadie a estar donde no quiere. Por esa razón, todos podemos replantearnos nuestra situación laboral y emprender la búsqueda de nuevas oportunidades, si así lo consideramos.
Cuando el trabajo que se desempeña trae más sinsabores que satisfacciones, puede llegar el momento de buscar posibilidades de avance y evitar así un estancamiento en el malestar.
La familia
Puede ser positivo pensar que la familia representa nuestras raíces, nuestro origen; ese grupo de personas con las que tenemos tanto en común. De esta manera, es muy probable que sintamos el deseo de no descuidarla.
Hijos
Sea como sea, es recomendable reflexionar desde un estado de calma y tomando cierta distancia de aquello que nos sucede. La claridad de pensamiento suele conducir a una actuación acertada.
“Prudente padre es el que conoce a su hijo”. -William Shakespeare-
Amigos
Pasan los años y, lo más normal, es que haya amigos que dejen de formar parte de nuestra vida, mientras que otros puedan ir entrando. Algo que ocurre de manera más pronunciada si se cambia de ciudad o de país.
Logros
Es opinión compartida por muchos que nunca es demasiado tarde para reinventarse y lograr lo que uno se propone. Puede que esta aseveración no esté del todo desencaminada. No obstante, tanto los objetivos que podamos plantearnos como los logros que podamos alcanzar van a depender, casi con total seguridad, de uno mismo.
Reinventarse para vivir
“El futuro recompensa a los que siguen adelante. No tengo tiempo para sentir pena por mí mismo. No tengo tiempo para quejarme. Voy a seguir adelante”. -Barack Obama-
Los años pasados, aunque sean muchos o pocos, son todos experiencias y recuerdos que se acumulan y que construyen nuestra propia torre de sabiduría. Ahí donde se puede encontrar la materia adecuada para construir una mejor versión de uno mismo.
Aquello que le resta valor y calidad a nuestros días, no merece nuestra cercanía. En cambio, aquello que nos aporta, puede merecer de sobra nuestra proximidad. Por lo tanto, hay que actuar y seguir aprendiendo.
Como decía el maestro de judo Jigoro Kano: “Lo importante no es ser mejor que otros, sino ser mejor que ayer”.
Parte de un artículo de Bernardo Peña Herrera