«Lo Que Quiero Que Sea»

An old French tune (by Georges Brassens) | Pomplamoose ft. John Schroeder

«Lo que quiero que sea
lo que es lo que pudo haber sido
lo que nunca será
lo que fue y lo que era
lo que pudiera ser
lo que querré algún día que haya sido
lo que quise que fuera
lo que a pesar de mí se obstina en ser
lo que siempre soñé que fuese un día.
Las cuentas son exactas:
Yo soy el resultado».

Raquel Lanseros

Los instantes perfectos no se capturan, se crean.  Depende de ti, de tu habilidad para saber apreciar lo que es importante, poner los medios, aprovechar la oportunidad y mirar el mundo desde el filtro de las emociones. Decía el escritor italiano César Pavese que las personas no recordamos días, recordamos momentos. Da igual que ese pequeño trazo de vida no sea más que una sensación, la de un abrazo, un beso, un paseo bajo la lluvia o el olor del océano al terminar el verano.

Cada uno de nosotros tenemos el poder de atesorar esos instantes; basta con propiciarlos.  La mente se dispersa y deja de aferrarse a ese faro que nos alumbra con mil escenas y experiencias que deberíamos atender y aprovechar.

Vale la pena convertirse en explorador de emociones, en capturador de instantes, Los instantes perfectos se crean con intención. Fue el psicólogo Franz Brentano quien a principios del siglo XX nos aportó otra perspectiva más interesante para esta área del ser humano. Para él, la intención no es solo producto de la mente, no es decirnos únicamente «voy a hacer esto aquí y ahora». Es sentirlo, es dejarnos arropar por la emoción, por el sentimiento, la determinación, el impulso creativo y el deseo.  Para crear instantes perfectos debes visualizar primero qué quieres conseguir. Así, algo que anhelamos es sentirnos bien, conectar con quien está con nosotros y lograr que se sienta feliz. Esperamos reír, disfrutar, dejar que el tiempo pase en calma y equilibrio. Asimismo, también dejaremos espacio a lo imprevisto, a las casualidades, a ese factor sorpresa que a menudo aparece en muchos de nuestros momentos más queridos.

Desde la Universidad del Norte de Texas. La doctora Ateka Allan, demostró cómo el recuerdo de esos instantes perfectos vividos en el pasado, esos en que las emociones positivas crean una huella y un anclaje en nuestro cerebro, actúan como herramienta curativa en las épocas de sufrimiento.

 Convertirnos en creadores de recuerdos felices no es tan difícil, se necesita poco: Basta con nuestra capacidad para emocionarnos.

Valeria Sabater

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