Un día, Thomas Alva Edison llegó a casa y le dio a su mamá una nota. Él le dijo a ella: «Mi maestro me dio esta nota y me dijo que solo se la diera a mi madre.» Los ojos de su madre estaban llenos de lágrimas cuando leyó en voz alta la carta: «Su hijo es un genio, esta escuela es muy pequeña para él y no tenemos buenos maestros para enseñarlo, por favor enséñele usted». Muchos años después la madre de Edison falleció. Él, en efecto, fue uno de los más grandes inventores del siglo.
Un día, él estaba mirando algunas cosas viejas de la familia. Repentinamente vio un papel doblado en el marco de una fotografía, en el escritorio. Lo tomó y lo abrió; en el papel estaba escrito: «Su hijo está mentalmente enfermo y no podemos permitirle que venga más a la escuela». Edison lloró por horas, entonces escribió en su diario: «Thomas Alva Edison fue un niño mentalmente enfermo, pero por una madre heroica se convirtió en el genio del siglo.»
Qué impresionante la reacción de la mamá, ¿verdad?.
En lugar de leer lo que realmente decía la carta y habiendo podido hacer sentir menos a su hijo, le dio un giro completamente y ¡le inyectó seguridad y certeza a su hijo! Le hizo creer que era un genio y se lo creyó tanto, que creció y murió siéndolo.
ES MUY IMPORTANTE RECORDAR SIEMPRE EL PODER QUE TIENEN LAS PALABRAS.
Henry Salvador
Ça fait des siècles que j’attends
Sous le paravent
Le vent du désert m’allonger
M’allonger sous le paravent
Sous le sable blanc
Tout près de la mer à côté
Un palais un palace
Pour voir le temps qui passe
Je ne suis pas sur la photo
Je suis au bord de l’eau
Etre en vie n’est pas assez ni trop
Je sais c’est rien mais je préfère
La seule chose que j’sais faire
Des ronds dans l’eau
Les herbes folles et la rivière
Les plages du …
Et la mer
Ça fait des siècles que j’entends
Les pas de passants
L’eau de la fontaine et la pluie
La pluie qui tombe sur les passants
Et sur le paravent
Tout près de la Seine à l’abri
Un palais un palace
Quand on oublie, hélas
Je n’ai pas vu le temps passer
Les soleils se coucher
Etre en vie n’est jamais trop ni assez
Je sais c’est rien mais je préfère
La seule chose que j’sais faire
Des ronds dans l’eau
Les herbes folles et la rivière
Les plages du …
Et la mer…
Oh…