A Cristobal Gómez Romero. Mi Padre

«No se puede ser buen profesional sin ser antes buena persona»

Mi padre nació en Almería en 1916, en el seno de una familia humilde. Su padre emigró desde un pueblo de Segovia en busca de una oportunidad, trabajando como mancebo de farmacia, practicante y hasta visitador médico.
Segundo hijo de 12 hermanos, 3 murieron en la infancia, cuyo destino era ser maestro, pues era lo único que se podía estudiar aquí, pero su vocación era otra, por encima de todo quería ser MÉDICO.
Gracias a un tío suyo y con la condición de no suspender ninguna asignatura, pudo comenzar los estudios de medicina a la edad de 15 años en la Facultad de Medicina de Granada, trasladándose Posteriormente a la Facultad de Medicina de San Carlos de Madrid donde estudiando 5º de carrera comenzó la guerra civil, por lo que tuvo que interrumpir sus estudios, terminada esta finalizó carrera en 1940.
Fue alumno interno de la Cátedra de Toco-Ginecología, le propusieron seguir su carrera en la Facultad de Madrid, pero él prefirió volver a su tierra y así poder ayudar a los suyos.
Ya desde Almería realizó la tesis doctoral, leyéndola en Madrid en 1942 con la calificación de sobresaliente por su trabajo de investigación sobre el “metabolismo basal durante el embarazo, parto y puerperio”.
Aprobó distintas oposiciones tanto a nivel nacional como provincial y en 1943 fue nombrado Tocólogo del Seguro Obligatorio de Enfermedad, consiguiendo la plaza, también por oposición, de Jefe Clínico de Ginecología de dicho seguro en 1953. Durante aproximadamente 25 años, trabajo y dirigió la Casa Madre de Auxilio Social, por todos conocido como la maternidad, donde eran tratada toda aquellas mujeres sin recursos.
En 1964 fue nombrado Jefe Provincial de Sanidad, cargo que desempeño durante dos años y en 1974 fue nombrado profesor de Obstetricia y Ginecología de la escuela de A.T.S. de Almería
Realizó trabajos de investigación siendo publicados tanto en revistas médicas nacionales como en congresos nacionales e internacionales de su especialidad. Y como colofón de su carrera académica tuvo el honor de ser nombrado miembro de la Real Academia de Medicina de Granada.

Cuando el presidente del Colegio de Médico de Almería, Don Francisco Martínez Amo, se puso en contacto conmigo para que escribiera este articulo, creo que lo que quería era que expresara como lo veíamos sus 6 hijos, 5 de los cuales seguimos su camino y nos hicimos también médicos.

Para él lo más importante en la vida era su familia, su trabajo y sus amigos, y su gran motor, sin duda, fue mi madre “Conchita”, esa enfermera guapa de Madrid, sin familia que llegó a Almería a trabajar en el preventorio de tuberculosis donde le daban habitación para vivir.

En los años 60 tuvo un sueño y junto con mi madre, codo con codo, hipotecando la casa donde vivíamos,  construyó el “Sanatorio Los Ángeles” en la calle Gerona.
Un hospital que parecía más un hotel que un hospital, donde había teléfono, cuarto de baño, televisión, hilo musical, cama para los acompañantes, en todas las habitaciones, así como todos los adelantos de aquella época a nivel médico y quirúrgico.
Pero pronto se dio cuenta que no podían aunar su trabajo y a su familia, así que todos nos fuimos a vivir “Al SANATORIO” para compartir su sueño.
Recuerdo como nos reuníamos todos en su habitación alrededor de su cama por la noche para poder ver la televisión y poder estar con él un rato y como para nosotros era normal entrar en la zona donde estaban los quirófanos, con su olor característico al autoclave donde se esterilizaba tanto la ropa como el instrumentar para entre operación y operación poder darle un beso o por qué no decirlo también, pedirle dinero.
Recuerdo también el sufrimiento que mostraba si algún paciente “se complicaba” y donde no dudaba en llamar a su gran amigo y Catedrático de Ginecología de Granada, Don Vicente Salvatierra, si con ello podía ayuda a esa mujer que habían puesto en sus manos y que estaba en peligro.

Sus vacaciones consistía en acudir a algún congreso nacional o internacional para poder conocer y aprender nuevas técnicas que pudiera aplicar a su trabajo en Almería, siempre contando con la inestimable colaboración de su amigo y compañero Don Guillermo Martín, que se encargaba del cuidado de sus pacientes si era necesario. Fruto de aquellos viajes fue el parto sin dolor, primero con la utilización del gas anestésico trilene, después con la utilización del pentotal o la anestesia epidural aplicada en el periodo de dilatación; el vacuum para poder ayudar a nacer a esos niños demasiados grandes; o una especie de campana, que se ponía en el vientre de las parturienta y que parece ser que ayudaba a la mujer en el periodo de dilatación que había sido utilizada por la Reina Isabel II de Inglaterra, y si fue bueno para ella también sería bueno para sus enfermas; o la ecografía ginecológica.
Siendo mi hermano Cristóbal ya ginecólogo como él, le propuso ir a Barcelona para que aprendiera y trajera el primer laparoscópio de Almería

Esa constante inquietud por mejorar, por no estancarse en su trabajo, su sentido de responsabilidad, llegó a retrasar su boda 3 veces, por no fallar a esa mujer que había estado siguiendo durante el embarazo y que en el momento más importante, el del parto, no podía faltar,
.
Cuando yo estaba estudiando bachillerato en el instituto con 13, o 14 años e iba a casa de mis amigas, una de las cosas que más me llamaba la atención era que vivieran donde vivieran, Los Molinos, El Zapillo, Pescadería o El Quemadero, todas las madres o su abuelas conocían a mi padre, y hoy en día que hace casi una década desde que se fue, tanto a mis hermanas que viven en Sevilla y Murcia, como a mi hija que ha seguidos sus pasos y es médico residente de 1 año en Granada, así como a mis hermanos y a mi aquí en Almería, nos singue contando como gracias a nuestro padre vive su hijo o hija o como les trató en esos momentos difíciles de enfermedad.

Ante ese amor a su profesión ¿qué podían hacer sus hijos? Como ya he dicho 5 de los 6 hermanos somos médicos con distintas especialidades, siendo la mayor la única que quizás por su sensibilidad se dio más cuenta de su sufrimiento en los momentos difíciles, que las muchas alegrías y satisfacciones del haber podido aliviar el dolor de una paciente y su familia.

Pero no quiero terminar esta difícil tarea que me han encomendado (mi padre donde quiera que este, no me lo perdonaría) sin nombrar a los que fueron también sus amigos y colaboradores, los practicantes Don Luis Criado, Don Enrique Asensi y Don Juan García Santiesteban, “Juanito”, así como a los anestesistas Don Modesto Pelayo, Don Antonio Moreno y Don Antonino Rey. A todos ellos les quiero mostrar mi agradecimiento, ya que junto con mi padre, nos enseñaron a saber estar dentro y fuera de un quirófano, el trabajo en equipo y el placer del trabajo bien hecho.
.

Esther Gómez Blázquez

Médico de Familia de Almería


Donde quiera que estés,
te gustará saber, que por flaca que fuese la vereda
no malvendi tu pañuelo de seda
por un trozo de pan y que jamás,
por mas cansado que estuviese abandoné
tu recuerdo a la orilla del camino,
y por fría que fuese mi noche triste,
no eché al fuego ni uno solo de los besos que me diste.

por ti, por ti brillo mi sol un dia,
y cuando pienso en ti brilla de nuevo,
sin que lo empañe la melancolía
de los fugaces amores eternos.
donde quiera que estés,
te gustará saber que te pude olvidar y no he querido
y por fría que fuese mi noche triste
no eché al fuego ni uno solo de los besos que me diste…
donde quiera que estés..si te acuerdas de mi…

Esta entrada fue publicada en Sin categoría. Guarda el enlace permanente.

6 respuestas a A Cristobal Gómez Romero. Mi Padre

  1. Juan dijo:

    Precioso recuerdo y justo homenaje de unas hijas agradecidas a la figura profdesional de su padre. Enhorabuena a las dos.

    Juan Ballester

    Me gusta

  2. Emelina Lopez dijo:

    Estoy casi con lágrimas en los ojos, después de leer este precioso homenaje a ese queridísimo «médico» que me ayudó a nacer y que tanto hemos querido en mi familia… tengo un recuerdo maravilloso tanto de él como de tu madre… Aún recuerdo cuando vinieron a vernos a Melilla, yo tendría unos 9 anos, no sé si lo sabrás pero tu padre me regaló mi primera bicicleta…recuerdo también alguna tarde en vuestra casa, con mis padres, en la última planta del sanatorio, viendo diapositivas de sus viajes…
    En fin, fue realmente alquien sumamente entranable en mi infancia…
    Donde quiera que estés, un besazo…
    Emelina López

    Me gusta

    • Concha bla dijo:

      Tu madre tiene todavía un hermano q vive , y ella y tu padre lo sabían. Y yo q soy «su sobrina» llevo su nombre y el de nuestra abuela.

      Me gusta

  3. Tu madre cuando fue a Almería tenía familia y todavía tiene un hermano. Yo me llamo igual que tu madre y nuestra abuela.

    Me gusta

  4. marikillas77 dijo:

    Encantada de leer tu comentario..Entonces, somos primas… Las cosas de familia son complejas. Tal vez la vida nos ponga en el mismo camino

    Me gusta

  5. marikillas77 dijo:

    Este sería un primer paso

    Me gusta

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s