El suelo está lleno de piedras rotas,
ya ha caído la última hoja.
No tengo ningún sitio donde girar ahora,
ni al Este, ni al Oeste,
ni al Norte, ni al Sur.
Y todo lo que está delante de mí,
y todo lo que sé…
No sé nada, así que…
así que, llévame a casa.
Ponme en una plancha con pétalos y un fuego
y lánzame al mar.
Apunta mi espada furiosa contra mi corazón
y déjame libre.
El alba sostiene el peso de la noche,
he oído los suspiros agitados y las mentiras de amantes,
el arroyo, la playa, y he visto los ojos del diablo.
Así que, llévame a casa.
He llorado por las vidas que he perdido,
como un niño necesitado de amor.
He estado tan cerca, pero tan lejos de Dios.
Mis lágrimas fluyen como las de un niño necesitado de amor.
Ya he echado mis lágrimas,
así que deja que la corriente me lleve.
No voy a luchar,
ya he echado mis lágrimas.
El pequeño paso que necesito dar es una montaña.
Estirada como un perro perezoso,
envíame al matadero,
túmbame sobre las vías.
Estoy lejos de Dios,
mis lágrimas fluyen como las de un niño necesitado de amor.
Ya he echado mis lágrimas,
así que prepara la hoguera y prende la llama.
Llévame a casa.