Todo dice que sí.
Sí del cielo, lo azul,
Y sí, lo azul del mar;
Mares, cielos, azules
Con espumas y brisas
Júbilos monosílabos
Repiten sin parar.
Un sí contesta sí
A otro sí. Grandes diálogos
Repetidos se oyen
Por encima del mar
De mundo a mundo: sí.
Se leen por el aire
Largos sies, relámpagos
De plumas de cigüeña,
Tan de nieve, que caen,
Copo a copo, cubriendo
La tierra de un enorme,
Blanco sí. Es el gran día.
Podemos acercarnos
Hoy a lo que no habla:
A la peña, al amor,
Al hueso tras la frente:
Son esclavos del sí.
Es la sola palabra
Que hoy les concede el mundo.
Alma, pronto, a pedir,
A aprovechar la máxima
Locura momentánea,
A pedir esas cosas
Imposibles, pedidas,
Calladas, tantas veces,
Tanto tiempo, y que hoy
Pediremos a gritos
Seguros por un día
-hoy nada más que hoy-
De que los “no” eran falsos,
Apariencias, retrasos,
Cortezas inocentes.
Y que estaba detrás,
Despacio, madurándose,
Al compás de este ansia
Que lo medía en vano,
La gran delicia: el sí.
Pedro Salinas
Gracias Antonio